Gibraltar fue conocida en la antigüedad como promontorio o monte Calpe (en latín: Mons Calpe), una de las dos míticas columnas de Hércules, y posteriormente renombrada como derivación del árabe Ŷabal Ṭāriq (جبل طارق), o «montaña de Táriq»,[1] en recuerdo del general Táriq ibn Ziyad, quien dirigió el desembarco en este lugar de las fuerzas del Califato Omeya de Walid I en 711.
Integrada en la Corona de Castilla desde la segunda mitad del siglo XV, fue ocupada en 1704 por una escuadra anglo-neerlandesa en apoyo del pretendiente Carlos III de España durante la Guerra de Sucesión Española, al término de la cual, fue cedida a la Corona británica en aplicación del Tratado de Utrecht en 1713.[2] Desde entonces, el devenir político de Gibraltar ha sido objeto de controversia en las relaciones hispano-británicas.